Sus ojos transmiten curiosidad, pero no está asustado. Al contrario. Se siente cómodo en esa salita de color amarillo, llena de juguetes, una casita, mesas y sillas chiquititas que pronto se llenará de enanos como él y ansiosos padres que buscarán con su mirada y en su corazón, no sorprenderse con otra etapa que comienza.
Algunos mayores están más tensos que sus propios hijos. Los flashes de las digitales inundan el aire congelando el momento mágico de esa primera vez que no se volverá a repetir. Nunca nada se repite como la primera vez. (Fito Páez dixit)
Yo no puedo estar mucho tiempo. Pero juego con él a los bloques, hablamos, le hago las típicas (poco ingeniosas y hasta tontas) preguntas de "¿te gusta el jardín? ¿te gusta tu maestra?"... caigo en los lugares comunes. No quiero desnudar, todavía no, que me duele verlo crecer. Y me llena de orgullo también que él asuma tan naturalmente que a partir de hoy ese será su mundo por un año.

http://horaciogambarte.blogspot.com/2009/03/su-primer-dia-mi-primera-vez.html

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