Cuando somos pequeñines la elección de nuestros amigos se basa en un par de cosas fundamentales: con quién te lleva tu madre a jugar al parque y con quién nos sientan en el cole (casi siempre por orden de lista). En cuanto tenemos un poco de uso de razón, se produce el primer relevo generacional, en el que del grupo primigenio escogemos a aquellos amigos que tienen en común con nosotros algo más que la ingestión de plastilina, y a esos se añaden otros desconocidos con los que entablamos amistad.

1 comentarios cómplices:

Anónimo dijo...

Tres intiresno, gracias