Las caricias y besos bien dados en zonas altamente cosquillosas logran que la piel adquiera otras dimensiones y que la razón deje, instantáneamente, de jugar el juego.

2 comentarios cómplices:

TucuMala dijo...

ya se lo habia leido a DESAYUNO!
muy bueno, un muy buen blog LAADRI!

tucuMALA

Orla Publicidad dijo...

yo creo que el juego el verdadero empieza justamente ahi