Siempre tiene uno la esperanza, o más bien la ilusión, de encontrar una aventura desde el momento en que sale de su casa, algo fuera de nuestro control que nos arranque la rutina de las manos. Caminamos sumisos tantas cuadras a la espera de ese instante que compense todas las horas que llevamos adormecidos. Pero como suele suceder, la experiencia nos ha demostrado que eso nunca pasa. Esos eventos improbables nunca están a la vuelta de la esquina, o al menos no de nuestra esquina. Es entonces que envidiamos a los personajes de los cuentos. Sus destinos siempre tienen un giro imprevisto a diferencia de los nuestros, lisos y rectos como caminos asfaltados.


3 comentarios cómplices:

La lectora dijo...

mmm... esta vez o bien discordo, o bien me asumo como personaje de cuento, porque si hay algo que me pasa (y que a veces llega a cansarme) es la cantidad de sorpresas que me tropiezo ¡incluso antes de llegar a la esquina!
saludos y buen domingo.

Francisco dijo...

Que honor, me robaron una frase =) Gracias por esto, varias personas visitaron mi blog despues de esto y me entero recien ahora jaja. Ojala me citen alguna otra vez.

La lectora dijo...

Francisco, ese es uno de los dones de este blog... que es punto de encuentro de otros blogs.
Por eso todos lo queremos mucho :-)
Saludos.