Cuando te hacés viejo querés dormir. No querés ser un rockstar, querés ser un oso y querés dormir. No mucho eh, no te digo 17 horas seguidas, no. Ocho, nueve, lo normal. Pero qué pasa, tenés un pibe. Y a él no le parece un gran plan dormir toda la noche. Para él está buenísimo despertarse, qué se yo, cada una hora, ponele, para ver si está todo bien. Y se ve que no encuentra todo bien porque muchas veces llora, ¿sabés? Y hay que explicarle que no pasa nada, que vuelva a dormir y que ya va a tener tiempo de ser rockstar, pero no, el pibe quiere arrancar la carrera de tempranito.

3 comentarios cómplices:

actvservidor dijo...

jaja, frasesrobadas de hace poco los agregué a mi google reader.
buena web, me encanta.

saluos!!

La lectora dijo...

pará, pará, que a mí me encanta dormir y me considero aún joven, eh.
jejejeje.

Lila Biscia dijo...

jjajaaa uf! a pleno!!!!
me acuerdo que cuando mi hijo tenía 4 meses, para mi cumpleaños lo único que pedí es que se lo lleven 4 horas para poder dormir una siesta en paz!