Luego de que pasa, indefectiblemente le miro el andar y la cola para hacer el diagnóstico definitivo, que consistirá en una de dos posibilidades: “Le doy” o “No le doy”. Las afirmaciones pueden estar acompañadas de frases de refuerzo al estilo de “le doy hasta el desmayo”, “De ahí me sacan con una orden de un Juez Federal”, “Doy 10 años de mi vida por media ahora ahí” o bien “prefiero un bombero quemado”, “No le doy ni en una isla desierta”, “Prefiero a Carlitos Tévez despeinado”.

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