Tal como me ocurrió las últimas 4 veces, no llegué lo suficientemente temprano y ambas películas ya habían agotado sus entradas. Supongo que algún día voy a tener que aprender que a los aeropuertos y a los cines hay que llegar con más de una hora de anticipación.
Belgrano no sólo muere pobre y olvidado, sino que además debe sufrir la humillación póstuma de ser interpretado por Pablo Rago.