sábado, 21 de agosto de 2010

Las fronteras siempre me intrigaron. Esas delicadas líneas que son nada y que son también abismo. Murallas intermitentes. Las fronteras, al igual que la invención del Año Nuevo, surgen de nuestra imposibilidad de aceptar que nada empieza. Que todo se continúa.
Entonces dividimos. Dividimos y establecemos jerarquías y justificamos las murallas y lo que separan porque toda mentira debe ser justificada.
Mente y cuerpo, consciente e inconsciente, primavera, verano, otoño e invierno, países, edades, sentimientos, primer y tercer mundo, orientaciones sexuales y, por supuesto, team leaders y empleados.

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