viernes, 31 de octubre de 2008

A veces llega un punto que las cosas solo pueden mejorar. Y de hecho mejoran...

jueves, 30 de octubre de 2008

No es la forma en que quiero un amor, perdon si te dije llorando que te queria, perdon si una vez te tome de la mano, pensando que seria para siempre. Perdon si deje todas mis armas en la puerta de tu casa y entre desnudo sin nada en ti.

domingo, 26 de octubre de 2008

El mundo se divide en dos clases de personas: las que regalan discos y libros, y las que regalan tarjetas y peluches.

Eliminan la chicharra del portero eléctrico y sólo se puede abrir con llave desde el lado de adentro de un edificio de la ciudad de Buenos Aires

viernes, 24 de octubre de 2008

Acá estoy inventándote para que estés conmigo, mintiéndome para que no te vayas.

Hoy te registrás en el facebook (o afines) y te reencontrás hasta con gente que realmente no quisieras.

Hay que aceptarlo. No solo se van sin que los echemos, sino que vuelven sin que los llamemos. Pretenden retomar las cosas donde lo dejaron, como si el hecho de haberse ido no hubiera cambiado todo.

lunes, 20 de octubre de 2008

¿Que estoy haciendo para alcanzar lo que quiero?
El otro día me decían que la suerte es la conjugación de la preparación más la oportunidad. En ningún aspecto de la vida podemos controlar la oportunidad, pero podemos ponernos en marcha para que ella nos encuentre preparados y así asegurarnos de tomar el tren que nos lleve hasta nuestro sueño.

domingo, 19 de octubre de 2008

Pero de todos modos, y pese a la enseñanza que me dejó aquella experiencia, cada tanto sigo tirádole piedras a las palomas.

jueves, 16 de octubre de 2008

Será que yo no creo en Dios y creo que mi vida es demasiado mi obra como para andar enojándome con ella.

Eso es tan difícil como que te meta un virus en un ábaco...!!!

miércoles, 15 de octubre de 2008

Trato de entender que estoy haciendo con mi vida, desde la tarde que me prometo una y mil veces no volver a eyacular por deporte.

martes, 14 de octubre de 2008

Que loco, ¿No?
Miro atrás y me parece ayer.

Dos chiquillos conociendo el amor. Presumidos y tímidos. Llenos de expectativas y de algunos sueños.

miércoles, 8 de octubre de 2008

¿El se dará cuenta que cuánto me lastimó? ¿No se levanta todos los días y se siente un monstruo? ¿Cómo se mira al espejo? ¿El lado donde dormía yo quién lo usará?

viernes, 3 de octubre de 2008

La lluvia golpeaba la ventana. Cada gota era un acorde que marcaba el compás con que mi mano dibujaba tu silueta. Un relámpago irrumpió en tu cuarto... Iluminó tu cuerpo desnudo y me permitió, por un instante, ser testigo secreto del espectáculo de tu rostro en reposo...
Alertado por aquel presagio del trueno, te abracé y te sentí estremecer contra mí cuando el estruendoso estallido nocturno rompió el silencio que acunaba tus sueños.
La tormenta fue mi compañera en aquella noche en que el desvelo y yo montamos guardia en la fortaleza de tu descanso.

Daría mi reino por volver a la simpleza de transar o no transar, de pensar que me toque el culo que me toque el culo, pero si lo hacia sin sutileza decirle "flaco te desubicaste"

martes, 30 de septiembre de 2008

- no voy a olvidar... sentirme indestructible al saber que estabas conmigo

lunes, 29 de septiembre de 2008

Tener una cita con Gabriel es como un día de sol en un parque. Sólo que vos vas a mirar de reojo a la montaña rusa. Porque por más que sepas que si te subís vas a terminar vomitando, de vez en cuando te gusta,

cómo te gusta,


sentirte mareada.

domingo, 28 de septiembre de 2008

En algunas ocasiones demasiada sinceridad es deshonesta. Y él no me pregunta por qué yo le escribí así que yo tampoco le pregunto por qué se tiene que ir. Pero sospecho. (A esta altura ya todas sospechamos ¿no?)

sábado, 27 de septiembre de 2008

No hubo beso ni sexo post separación ni nada digno de contar en un blog. Fue una reunión corta y planificada. Me tenía que ir a cenar con mis amigos en una hora. Ya tenía todo organizado. Aunque llegué media hora tarde por quedarme un rato más. Viajamos juntos en el tren. Nos sentamos uno al lado del otro y yo, en un momento de flaqueza, apoyé mi cabeza sobre su hombro por un rato. Se sintió tan bien como siempre pero así de doloroso.

El se bajó primero. Yo no miré para atrás.