viernes, 1 de mayo de 2009

Nunca digas nunca. Y la puta madre, nunca digas nunca es una de las verdades mas grandes que escuché en mi vida, tal vez una de las únicas. Porque cuál es otra cosa a la que puedas aferrarte tanto, con qué otra cosa podés identificar tanto tu vida, como con el cambio permanente, con la apertura mental, con el saber que lo que hoy no, tal vez mañana sí. Y por qué, entonces, establecer cualquier cosa que uno piense como si fuera una verdad absoluta cuando es solamente MI verdad. Y es mi verdad HOY. Mañana, no sé.

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