jueves, 11 de junio de 2009

Yo había dejado la cartera debajo de la silla, en el piso, y la madre de mi cuñada, solícitamente la colgó en el respaldo. “Trae mala suerte, aleja la plata” sentenció. Yo pensé “¿todavía más?” pero dije tratando de ser amable “uy, no sabía, siempre la dejo en el piso”. La respuesta me dejó pensando lo que estoy escribiendo hoy: “Ahora que sabés, no la dejes más. Si no sabías no hace efecto.”

Semejante explicación psicológico- filosófico-antropológica me dejó turuleca. Es decir, si no sabés que romper un espejo apareja 7 años de mala suerte, rompé espejos a tu antojo. Ni bien sepas, sonaste. Es como si no estuvieras embarazada hasta que el evatest te de positivo.

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