lunes, 20 de diciembre de 2010

A veces un lugar, una circunstancia, un momento, una persona, pueden darnos una sensación de vacío, de nostalgia...
Ese rincón de la casa que está desnudo y nos hace pensar en el vacío cada vez que pasamos por ahí puede cambiar mucho con sólo unas cuantas coloridas flores. Ahora pasamos más contentos por ahí. Y nos atrae el color. Y nos dan ganas de mirar. Y sonreímos ante el cambio.

1 comentarios cómplices:

Lucy in the sky - dijo...

Me siento re grossa cada vez que me robás (H) JAJA. Me alegra que te guste lo que escribo.
Saludos :).