¿Cómo nacen las ganas de coger con otro? No lo sé, nacen, están, se desparraman por el cuerpo, ocupan las células, se estrujan entre las piernas, se ponen inquietas, y comienzan a hacerse notar. Las ganas de coger no quieren pasar desapercibidas, son extrovertidas, quieren que el otro se dé cuenta, que las oiga, las vea, las huela. Son terriblemente descaradas, no hacen caso, se vuelven como un ejército rebelde que lucha por su liberación, quieren vencer a los pensamientos represores. Se escurren por la voz, por la mirada, por los gestos, por la sonrisa, buscar asentarse en el otro, conquistar su geografía, buscan llegar a él, con un rumbo ya marcado.