Hace como 6 años, en circunstancias en que había ido a hacer unas compras con mi sobrino y ahijado Luca (de aproximadamente 4, en aquel entonces), me tocó vivir la siguiente situación:
Esperando que nos cobren, el enano - paradito al lado del chango - miraba en silencio e insistentemente a la persona que nos precedía.
El pequeño no le sacaba los ojos de encima
El señor en cuestión – advertido de la atenta observación de la que era objeto – saluda a Luca con simpatía y fue esa la señal que - aparentemente - necesitaba mi pequeño demonio para largar, de la nada, un sonoro…
- Te trajo mucha plata el ratón ?
3 comentarios cómplices:
JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJA...
SEÑOR SE LE ROMPIERON TODAS LAS SILLAS DEL COMEDOR!
Buena :)
Noooooooooooo!!!!! Tengo un pequeño de 10 años...y me ha hecho pasar cada una....
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