Irrumpiste en mi vida robando espacio, robándome caricias, robándome besos.
Te amé no una, te amé mil veces, acabé adicta, con una resaca maldita tras tus abrazos, la aspirina para el dolor de cabeza resultó siendo un beso, un beso que más parecía la recaída.
Y convalesciente, te recibí entre mis brazos, bajo la franela de tu polera.
Te recibí temblando, con los ojos entreabiertos y las mejillas rojas, calientes, te abracé en la oscuridad, procurando no llorar, sintiendo como mis ojos vidriosos se resistían a derramar lágrimas, no lloré, no lloraré, por tí no.
¿Eres algo?
Fuiste la cura inmediata, casi mágica, para mi nostalgia incorregible.
domingo, 12 de septiembre de 2010
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3 comentarios cómplices:
ay... y justo lo leo un domingo... y puedo decir entonces solo: ay! (y algun llantito, je)
beso
Qué buen escrito.
Jajaja... Frases de amor, y comentan las chicas.
Bueno, rompo eso... y comento yo.
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