martes, 14 de septiembre de 2010

Siempre empieza como una solución de emergencia, algo para salir del paso, pero siempre con el pleno convencimiento de que en cuanto tengamos tiempo vamos a arreglar las cosas en serio. El amor propio y el instinto de autoconservación no nos permiten hacernos cargo de que esa solución temporal terminará siendo más permanente que Grondona en la AFA.

Y así es como convivimos todo el tiempo con alambrecitos en la patilla de los lentes, el botón del inodoro sin la tapa y con el ganchito a la vista, sosteniendo con un papelito esa puerta que cierra mal, atando el cierre del pantalón al botón con una gomita o un anillo de llavero o, como en caso de quien escribe, 4 meses pidiéndole al de la pizzería que nos llame cuando sale el pedido "porque no me está andando el timbre".

5 comentarios cómplices:

Eleanor Rigby dijo...

Muchas veces anduve con una gomita en el cierre del pantalón..jeje

Mis lentes anduvieron años adornados x un alambrecito, sí, muy crota, pero bueh!

Yoga Vasistha dijo...

Jejejejejjejeje... mi cierre de la campera es un clip!!! claro que hace mas de tres inviernos!

Lucy in the sky - dijo...

JAJAJAJA tremendo xD. A todos nos pasa. No estamos solos, hermanos!

Lu - Staff Alelú dijo...

No hay nada más permanente que lo provisorio, dicen.

Lucas Fulgi dijo...

Provisoriamente eterno!